Cambios en la alimentación que puedes adoptar que podrían evitar un mayor daño a los riñones y ralentizar la progresión de la enfermedad renal crónica.

Si tienes glomerulopatía del complemento 3, nefropatía por inmunoglobulina A u otro tipo de enfermedad renal crónica, es posible que debas cambiar tu alimentación. No hay un plan de alimentación correcto que sea adecuado para todas las personas con enfermedad renal crónica. Sin embargo, algunos cambios en la alimentación podrían prevenir un mayor daño a los riñones y retrasar la progresión de la enfermedad.

Es importante que hables con tu equipo de atención médica para determinar qué cambios debes hacer en la dieta. Según tu estado de salud y la etapa o la gravedad de la enfermedad, el equipo de atención médica podría recomendarte lo siguiente:

  • Reducir la sal. Limitar el consumo de sodio procedente de la sal reduce la presión arterial. El daño a los riñones puede aumentar la presión arterial, y la presión arterial alta causa más daño a los riñones. Reducir la ingesta de alimentos salados también podría contribuir a controlar la hinchazón en las manos, los pies y otras partes del cuerpo.
  • Aumentar los ácidos grasos omega-3. Estas grasas, disponibles mediante suplementos alimentarios de aceite de pescado, podrían retrasar el daño renal al reducir la inflamación en los glomérulos (los vasos en los riñones que filtran los desechos y el exceso de líquido de los riñones). Investigaciones adicionales han demostrado que los suplementos de aceite de pescado que contienen ácidos grasos omega-3 pueden retardar el daño renal en algunas personas al disminuir la presión arterial.
  • Consumir menos proteína. Tu equipo de atención médica puede recomendarte que reduzcas la cantidad de proteína que consumes. Reducir la cantidad de proteína que consumes puede retrasar la progresión de la enfermedad y proteger los riñones. Cuando se consumen las proteínas, se descomponen en desechos que los riñones deben filtrar de la sangre. Comer más proteína de la que el cuerpo necesita puede sobrecargar los riñones y hacer que la función renal disminuya más rápido.
  • Plantéate una dieta vegetal. Investigaciones recientes muestran que las dietas vegetales son beneficiosas en personas con enfermedad renal crónica.
  • Reduce el colesterol. Las dietas ricas en alimentos grasos pueden aumentar el colesterol y hacer que se acumule placa en las arterias que llevan a los riñones, causando más daño renal.
    • Reduce las grasas saturadas. Estas grasas, que se encuentran principalmente en las carnes rojas y los productos lácteos enteros, aumentan el colesterol total. Disminuir la ingesta de grasas saturadas puede reducir el colesterol de lipoproteínas de baja densidad, el llamado colesterol "malo".
    • Elimina las grasas trans. Las grasas trans, que a veces figuran en las etiquetas de los alimentos como "aceite vegetal parcialmente hidrogenado", se utilizan a menudo en margarinas y galletas, galletas saladas y pasteles comprados en tiendas. Las grasas trans elevan los niveles generales de colesterol. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha prohibido el uso de aceites vegetales parcialmente hidrogenados a partir del 1 de enero de 2021.
    • Aumenta la fibra soluble. La fibra soluble puede reducir la absorción del colesterol en el torrente sanguíneo. La fibra soluble se encuentra en alimentos tales como avena, frijoles (alubias, poroto), coles de Bruselas, manzanas y peras.
  • Si bebes alcohol, hazlo con moderación. Demasiado alcohol puede aumentar la hipertensión arterial y forzar aún más los riñones. Si consumes alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos sanos, esto significa una copa como máximo al día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.

Tu equipo de atención médica también puede recomendarte hacer cambios saludables en tu estilo de vida, como perder el exceso de peso y hacer actividad física para ayudar a preservar la salud de los riñones. Lo que comes o no comes puede cambiar con el tiempo, dependiendo de la función renal y otros factores. Por ejemplo, si la función renal disminuye, es posible que necesites comer alimentos con menos fósforo y potasio. Puede resultarte útil acudir a un dietista diplomado para que diseñe un plan de comidas que incluya alimentos que te gusten a la vez que proteges la salud de los riñones.

Aug. 02, 2023