Diagnóstico

La cefalea en racimos presenta un determinado tipo de dolor y patrón de ataques. El diagnóstico depende de la descripción del dolor, su localización, su intensidad y otros síntomas. También son importantes la frecuencia y la duración de los dolores de cabeza.

En el caso de la cefalea en racimos, un especialista formado en el tratamiento de las cefaleas (neurólogo) realiza un diagnóstico a partir de los antecedentes médicos, los síntomas y una exploración física y neurológica.

En las personas con dolores de cabeza inusuales o complicados, las pruebas para descartar otras causas del dolor pueden incluir:

  • Una resonancia magnética. La resonancia magnética utiliza un potente campo magnético y ondas de radio para obtener imágenes detalladas del cerebro y los vasos sanguíneos. Las imágenes por resonancia magnética ayudan a diagnosticar tumores, accidentes cerebrovasculares, hemorragias cerebrales, infecciones y otras afecciones del cerebro y del sistema nervioso. Las enfermedades que afectan el cerebro y el sistema nervioso también se conocen como afecciones neurológicas.
  • Una tomografía computarizada. Una tomografía computarizada utiliza una serie de rayos X dirigidos por computadora para crear imágenes detalladas y transversales del cerebro. Esto ayuda a diagnosticar tumores, infecciones, lesiones cerebrales, hemorragias cerebrales y otros posibles problemas médicos que puedan estar causando dolores de cabeza.

Tratamiento

La cefalea en racimos no tiene cura. El objetivo del tratamiento es disminuir el dolor, acortar el periodo de cefalea y prevenir nuevos ataques.

Dado que el dolor de una cefalea en racimos suele aparecer de repente y desaparecer rápidamente, puede ser difícil de tratar. El tratamiento requiere medicamentos de acción rápida.

Tratamientos de acción rápida

El objetivo de estos tratamientos es detener la cefalea en racimos una vez iniciada:

  • Oxígeno. La inhalación de oxígeno puro a través de una mascarilla alivia a la mayoría de las personas que la utilizan. Los efectos de este tratamiento seguro se notan en 15 minutos.

    Por lo general, el oxígeno no tiene efectos secundarios. Pero no se utiliza en personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave.

  • Triptanos. El sumatriptán (Imitrex) se administra por inyección cuando comienzan los síntomas de la cefalea en racimos. También se ha demostrado que el sumatriptán en forma de atomizador nasal u otro triptán, el zolmitriptán (Zomig), funciona, pero no tan rápido como la inyección.

    El sumatriptán no está recomendado para personas con hipertensión arterial no controlada o enfermedades cardíacas.

    Las inyecciones y los atomizadores nasales se utilizan con más frecuencia que los medicamentos orales porque actúan más rápidamente que los medicamentos tomados por vía oral.

  • Octreotida. La octreotida (Sandostatin), una inyección de una versión de la hormona cerebral somatostatina, funciona en algunas personas con cefalea en racimos. Puede utilizarse en personas en las que los triptanos no funcionan bien.
  • Anestésicos locales. El efecto adormecedor de los anestésicos locales, como la lidocaína, podría actuar contra el dolor de la cefalea en racimos en algunas personas cuando se administran por vía nasal.
  • Dihidroergotamina. Una forma de dihidroergotamina administrada por vía intravenosa podría ayudar a aliviar el dolor en algunas personas con cefalea en racimos. Este medicamento también se presenta en un formato que se inhala por la nariz, pero no se ha demostrado que este formato funcione para la cefalea en racimos.

Tratamientos preventivos

La terapia preventiva comienza al inicio del periodo de crisis con el objetivo de detener los ataques. Una vez finalizado el ataque de cefalea en racimos, un proveedor de atención médica te ayudará a dejar de tomar el medicamento progresivamente.

  • Antagonistas del calcio. El bloqueante de los canales de calcio verapamilo (Calan SR, Verelan) suele ser la primera opción para prevenir la cefalea en racimos. El verapamilo puede utilizarse con otros medicamentos. A veces es necesario un uso más prolongado para tratar la cefalea en racimos crónica.

    La mayoría de las personas pueden tomar verapamilo sin problemas. Pero los efectos secundarios pueden incluir estreñimiento, náuseas, cansancio y ritmo cardíaco irregular.

  • Corticoides. Estos medicamentos, como la prednisona (Prednisone Intensol, Rayos), actúan rápidamente para aliviar las cefaleas en racimos. Pueden utilizarse en personas que no padecen cefaleas en racimos con frecuencia y cuyos ataques son breves.

    Estos medicamentos pueden ser útiles para aliviar el dolor hasta que los medicamentos a largo plazo empiecen a funcionar. A menudo se utilizan junto con verapamilo.

    Los corticoides pueden ser buenos para usar durante varios días. Pero pueden causar efectos secundarios graves si se utilizan a largo plazo. Los efectos secundarios pueden incluir diabetes, hipertensión arterial y osteoporosis.

  • Galcanezumab (Emgality). La Administración de Alimentos y Medicamentos ha aprobado recientemente este medicamento para el tratamiento de la cefalea en racimos episódica. Se administra como inyección mensual hasta que finaliza el periodo de racimo.
  • Litio (Lithobid). Este medicamento se utiliza para tratar el trastorno bipolar. Podría ayudar a prevenir la cefalea en racimos de larga duración, conocida como cefalea crónica. Se utiliza en personas que no pueden tomar otros medicamentos o en las que otros medicamentos no han funcionado.

    Los efectos secundarios incluyen temblores, aumento de la sed y problemas renales. Tomar este medicamento implica someterse regularmente a análisis de sangre y otras pruebas para detectar efectos secundarios graves.

  • Estimulación del nervio vago no invasiva. La estimulación del nervio vago no invasiva utiliza un controlador manual para enviar estimulación eléctrica al nervio vago a través de la piel. Aunque se necesita más investigación, algunos estudios han descubierto que la estimulación del nervio vago ayudó a reducir la frecuencia de las cefaleas en racimos.
  • Bloqueo nervioso. Consiste en inyectar un analgésico en la parte posterior de la cabeza. El medicamento se introduce en una zona alrededor de un nervio conocido como nervio occipital. La inyección puede incluir un medicamento adormecedor, conocido como anestésico, y un corticoide.

    Un bloqueo del nervio occipital puede ser útil para aliviar el dolor hasta que los medicamentos a largo plazo empiecen a hacer efecto. A menudo se utiliza en combinación con verapamilo.

Otros medicamentos preventivos utilizados para la cefalea en racimos son los anticonvulsivos, como el topiramato (Topamax, Qudexy XR).

Cirugía

En raras ocasiones, la cirugía puede ayudar a las personas con cefaleas crónicas en racimos que no obtienen alivio con otros tratamientos.

Algunas cirugías para la cefalea en racimos tienen como objetivo dañar las vías nerviosas que se cree que causan el dolor.

Sin embargo, los beneficios a largo plazo de estas cirugías son inciertos y las complicaciones pueden ser graves. Incluyen debilidad muscular en la mandíbula y pérdida de sensibilidad en partes de la cara y la cabeza.

Posibles tratamientos futuros

Los investigadores están estudiando otras formas de tratar la cefalea en racimos, incluidos varios procedimientos que estimulan los nervios. Entre ellas figuran la estimulación del ganglio esfenopalatino, la estimulación del nervio occipital y la estimulación cerebral profunda.

Estos procedimientos consisten en colocar un dispositivo en determinadas zonas del cerebro que puede enviar una señal eléctrica a la zona para bloquear el dolor. Estos procedimientos han demostrado ser prometedores en el tratamiento de la cefalea en racimos. Es necesario hacer estudios adicionales.

Estilo de vida y remedios caseros

Para evitar un ataque de cefalea en racimos durante un periodo de racimos, prueba lo siguiente:

  • Sigue un horario regular para dormir. Durante un periodo de cefalea en racimos, no cambies cuándo y cuánto duermes. Los cambios en el sueño pueden desencadenar cefaleas en racimos.
  • Evita el alcohol. El consumo de alcohol, incluida la cerveza y el vino, puede desencadenar una cefalea durante un periodo de racimos.

Medicina alternativa

Una hormona, la melatonina, que afecta el reloj corporal, podría ayudar a aliviar los ataques de cefalea en racimos. La capsaicina, una sustancia química procedente de los pimientos picantes que se utiliza dentro de la nariz, podría reducir la frecuencia y la intensidad de los ataques de cefalea en racimos. Habla con tu proveedor de atención médica antes de usar un tratamiento alternativo.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Vivir con cefalea en racimos puede ser difícil. Los ataques de cefalea en racimos pueden afectar las relaciones, el trabajo y la calidad de vida.

Hablar con un consejero o terapeuta podría ayudarle. Un grupo de apoyo para las cefaleas puede ayudarte a obtener apoyo e información. Tu proveedor de atención médica puede sugerirte un terapeuta o un grupo de apoyo en tu zona.

Preparación para la consulta

Probablemente, lo primero que hagas será consultar al proveedor principal de atención médica. Sin embargo, pueden derivarte a un neurólogo.

A continuación, encontrarás información que te ayude a preparar para la cita.

Qué puedes hacer

Cuando programes la cita, pregunta si hay algo que debas hacer antes, como ayunar para determinadas pruebas.

Mantén un diario sobre los dolores de cabeza

Una de las cosas más útiles que puedes hacer es llevar un diario sobre los dolores de cabeza. Cada vez que te duela la cabeza, anota estos datos que proporcionarán a tu proveedor de atención médica la información que le ayudará con el diagnóstico:

  • Fecha. Anotar la fecha y la hora de cada cefalea puede ayudarte a ver patrones.
  • Duración. ¿Cuánto dura cada dolor de cabeza?
  • Intensidad. Califica tu dolor de cabeza en una escala del 1 al 10, siendo 10 el peor.
  • Factores desencadenantes. Enumera los posibles desencadenantes que podrían haberte causado el dolor de cabeza, como determinados alimentos, sonidos, olores, actividad física o dormir demasiado.
  • Síntomas. ¿Tenías síntomas antes del dolor de cabeza, como aura?
  • Medicamentos. Crea una lista con todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que tomes, incluidas las dosis.
  • Alivio. ¿Has sentido algún alivio del dolor? ¿Cuánto?

Si es posible, lleva a un familiar o un amigo a la cita para que te ayude a recordar la información que te den.

Prepara una lista de preguntas para hacerle al médico. En el caso de cefalea en racimos, algunas preguntas básicas que se pueden hacer son las siguientes:

  • ¿Cuál puede ser la causa de mis síntomas?
  • ¿Qué otras causas posibles existen?
  • ¿Qué pruebas necesito?
  • ¿Es probable que la afección desaparezca o que sea persistente?
  • ¿Qué tratamiento me recomienda?
  • Tengo otras enfermedades. ¿Cómo puedo controlarlas de manera conjunta?
  • ¿Debo respetar alguna restricción?
  • ¿Debería consultar a un especialista?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer todas las preguntas que tengas.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga preguntas, como las siguientes:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
  • ¿Tienes síntomas a veces o todo el tiempo?
  • ¿Tienden a presentarse a la misma hora del día? ¿Se producen durante la misma estación cada año?
  • ¿Parece que el alcohol causa tus síntomas?
  • ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca empeorarlos?

Cefalea en racimos - atención en Mayo Clinic

Dec. 28, 2023
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