Diagnóstico

Para diagnosticar la hipertensión arterial secundaria, un proveedor de atención médica te tomará una lectura de la presión arterial con un brazalete inflable.

El proveedor de atención médica podría no diagnosticarte hipertensión arterial secundaria basándose en una sola lectura de hipertensión arterial. Pueden requerirse de 3 a 6 mediciones de hipertensión arterial en citas médicas diferentes para diagnosticar la hipertensión arterial secundaria. El control doméstico y ambulatorio de la presión arterial podrían formar parte de estas lecturas. Con el control ambulatorio de la presión arterial, un dispositivo toma las mediciones de la presión arterial automáticamente en momentos específicos a lo largo del día.

Entre otras pruebas que ayudan a precisar la causa de la hipertensión arterial, se podrían incluir las siguientes:

  • Análisis de sangre. Se suelen realizar análisis de sangre para controlar los niveles de potasio, sodio, creatinina, glucosa en la sangre, colesterol total y triglicéridos, entre otros.
  • Una prueba de orina (análisis de orina). Una prueba de orina puede contener marcadores que podrían indicar afecciones que causan hipertensión arterial.
  • Ecografía de los riñones. Muchas afecciones renales están relacionadas con la hipertensión arterial secundaria. En esta prueba no invasiva, un técnico mueve un pequeño dispositivo manual, llamado transductor, sobre el área que se va a examinar. El transductor envía ondas sonoras al cuerpo, recoge las que rebotan y las envía a una computadora. Luego, la computadora genera imágenes de los riñones.
  • Electrocardiograma (o electrocardiografía). Esta prueba indolora y no invasiva registra las señales eléctricas del corazón. Puede ayudar a determinar si la hipertensión arterial secundaria podría deberse a un problema cardíaco.

    Durante esta prueba, se colocan sensores (electrodos) en el pecho y, a veces, en las extremidades. Los sensores se conectan a una computadora que registra la información de las señales eléctricas del corazón y la muestra en forma de ondas en un monitor o en papel. Esta prueba muestra cómo late el corazón.


Tratamiento

El tratamiento para la hipertensión arterial secundaria incluye el tratamiento de la afección médica que la provoca con medicamentos o cirugía. Una vez que se trata dicha afección, la presión arterial puede disminuir o volver a la normalidad.

El tratamiento puede implicar seguir tomando el medicamento para la presión arterial. La afección médica subyacente podría afectar la elección del medicamento.

Las posibles opciones de medicamentos incluyen las siguientes:

  • Diuréticos tiazídicos. Los diuréticos son medicamentos que ayudan a los riñones a eliminar el sodio y el agua. A menudo, los diuréticos tiazídicos son la primera opción de medicamentos para tratar la presión arterial alta; sin embargo, no son la única.

    Los diuréticos suelen ser genéricos y, por ende, menos costosos que otros medicamentos para tratar la presión arterial alta. Si no tomas diuréticos y sigues teniendo presión arterial alta, habla con el proveedor de atención médica acerca de agregar o reemplazar un medicamento que tomas por algún diurético. Los posibles efectos secundarios de los diuréticos incluyen debilidad, calambres en las piernas y un mayor riesgo de tener problemas sexuales.

  • Betabloqueadores. Los betabloqueadores reducen la carga sobre el corazón y abren los vasos sanguíneos. Esto hace que el corazón lata más despacio y con menos fuerza. Estos medicamentos por sí solos no son tan eficaces en las personas afroamericanas, aunque sí lo son cuando se combinan con un diurético tiazídico.

    Los posibles efectos secundarios comprenden cansancio, problemas para dormir, reducción de la frecuencia cardíaca, y frío en las manos y los pies. Por lo general, los betabloqueadores no están indicados para personas que sufren asma, ya que pueden aumentar los espasmos musculares en los pulmones.

  • Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA). Estos medicamentos ayudan a relajar los vasos sanguíneos al bloquear la formación de una sustancia química natural que hace que estos se estrechen. Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina pueden ser especialmente importantes para tratar la presión arterial alta en personas que padecen enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal.

    Al igual que los betabloqueadores, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina no son tan eficaces en las personas afroamericanas cuando se recetan solos, pero sí lo son cuando se combinan con un diurético tiazídico. Los posibles efectos secundarios incluyen mareos y tos. Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina no deben tomarse durante el embarazo.

  • Antagonistas del receptor de la angiotensina II. Estos medicamentos ayudan a relajar los vasos sanguíneos al bloquear la acción de una sustancia química natural que hace que estos se estrechen. Al igual que los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, los antagonistas del receptor de la angiotensina II suelen ser útiles para las personas que padecen enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal.

    Estos medicamentos tienen menos probabilidades de causar efectos secundarios que los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina. Los antagonistas del receptor de la angiotensina II no deben usarse durante el embarazo.

  • Bloqueadores de los canales de calcio. Estos medicamentos relajan los músculos de los vasos sanguíneos o disminuyen la frecuencia cardíaca. Los bloqueadores de los canales de calcio pueden ser más eficaces en algunas personas con respecto a los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina o los betabloqueadores solos. Los posibles efectos secundarios comprenden retención de líquido, mareos y estreñimiento.

    El jugo de toronja (pomelo) interactúa con algunos bloqueadores de los canales de calcio al aumentar los niveles del medicamento en la sangre e incrementar el riesgo de tener efectos secundarios. Consulta con el proveedor de atención médica o el farmacéutico si el jugo de toronja (pomelo) afecta el medicamento que tomas.

  • Inhibidores directos de la renina. Estos medicamentos relajan y dilatan las arterias al prevenir la acción de la proteína (enzima) llamada renina. Un ejemplo de un inhibidor directo de la renina es el aliskiren (Tekturna).

    Los efectos secundarios frecuentes del aliskiren incluyen mareos y diarrea. Las personas que tienen diabetes o problemas renales de moderados a graves no deben usar aliskiren en combinación con inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina ni antagonistas del receptor de la angiotensina II.

En ocasiones, el tratamiento para la hipertensión arterial secundaria puede ser complicado. Es posible que se necesite tomar más de un medicamento, en combinación con cambios en el estilo de vida, para controlar la presión arterial alta. El proveedor de atención médica querrá verte con mayor frecuencia hasta que se te estabilice la presión arterial, posiblemente una vez por mes. También puede recomendarte que lleves un registro de la presión arterial en tu casa.


Autocuidados

Se recomiendan cambios saludables en el estilo de vida para mantener saludable el corazón y la presión arterial baja. Entre ellos, se incluyen los siguientes:

  • Consumir alimentos saludables. Prueba la dieta DASH, la cual hace hincapié en comer frutas, verduras, cereales integrales y lácteos con bajo contenido de grasa. Consume mucho potasio, que se encuentra en las frutas y las verduras como las papas, las espinacas, los plátanos y los albaricoques, ya que puede ayudar a evitar y a controlar la presión arterial alta. Consume menos grasas saturadas y grasas totales.
  • Disminuir la cantidad de sal en la alimentación. Un consumo de sodio más bajo (de 1500 miligramos por día) es adecuado para personas a partir de los 51 años y para las personas de cualquier edad que sean de origen afroamericano o que tengan hipertensión, diabetes o enfermedad renal crónica. En cambio, las personas saludables pueden consumir hasta 2300 Miligramos por día o menos.

    Reducir la sal requiere agregar menos sal a los alimentos y prestar atención a la cantidad de sal en los alimentos procesados, como las sopas enlatadas o los alimentos congelados.

  • Mantener un peso saludable. Si tienes sobrepeso, bajar al menos 10 libras (4,5 kg) puede reducir tu presión arterial.
  • Aumentar la actividad física. La práctica regular de actividad física puede ayudar a disminuir la presión arterial y a mantener tu peso bajo control. Procura hacer actividad física al menos 30 minutos por día.
  • Limitación del consumo de alcohol. Incluso si estás sano, el alcohol puede aumentar la presión arterial. Si eliges beber alcohol, hazlo con mesura. Para los adultos sanos, beber con moderación significa una copa al día para las mujeres y dos al día para los hombres.
  • No fumar. El tabaco daña las paredes de los vasos sanguíneos y acelera el proceso de endurecimiento de las arterias. Si fumas, pídele ayuda al proveedor de atención médica para dejar de hacerlo.
  • Controlar el estrés. Reduce el estrés lo más que puedas. Practica técnicas saludables de control, como la relajación muscular y la respiración profunda. Dormir mucho también puede ayudar.

Preparación para la consulta

La presión arterial alta puede descubrirse durante una exploración física de rutina. En ese momento, tu proveedor principal de atención médica puede indicarte más pruebas o remitirte a un proveedor de atención médica especializado en el tratamiento de la posible causa de la presión arterial alta. Por ejemplo, si tu proveedor de atención médica considera que un problema renal causa la presión arterial alta, es posible que te remita a un especialista en el tratamiento de los trastornos renales (nefrólogo).

A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta las restricciones previas a la cita médica. Cuando programes la cita médica, pregunta si hay algo que debas hacer por adelantado, como restringir tu dieta durante una cierta cantidad de horas antes de la cita.
  • Anota los síntomas que tengas, incluso aquellos que no parezcan estar relacionados con la razón por la cual programaste la cita, y cuándo comenzaron.
  • Anota información personal clave, incluidos episodios de estrés importantes o cualquier cambio reciente en tu vida.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes, y las dosis.
  • Anota todas las preguntas que quieras hacerle al proveedor de atención médica.

Estas son algunas preguntas básicas para hacer con respecto a la hipertensión arterial secundaria:

  • ¿Qué cree que causa mi presión arterial alta?
  • ¿Qué pruebas necesito hacerme? ¿Estas pruebas requieren alguna preparación especial?
  • ¿Mi presión arterial alta es temporal o de larga duración?
  • Tengo otras afecciones. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlas en conjunto?
  • ¿Debo respetar alguna restricción en la dieta o en las actividades?
  • ¿Con qué frecuencia necesito volver para un control de la presión arterial?
  • ¿Es necesario que me controle la presión arterial en casa? Si es así, ¿con qué frecuencia?
  • ¿Qué tipo de aparato es mejor para medir la presión arterial? ¿Puede enseñarme a usarlo correctamente?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas.

Qué esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica te haga preguntas, como las siguientes:

  • ¿A alguien de tu familia le diagnosticaron presión arterial alta?
  • En este caso, ¿sabes la causa de la presión arterial alta? Por ejemplo, ¿tu familiar tiene diabetes o problemas renales?
  • ¿Tuviste síntomas inusuales?
  • ¿Cuánta sal consumes en tu dieta?
  • ¿Tu peso corporal cambió recientemente?
  • En caso de haber estado embarazada, ¿tuviste la presión arterial más alta durante el embarazo?

Aug 09, 2022

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