Diagnóstico

El diagnóstico de fiebres hemorrágicas virales específicas durante los primeros días de la enfermedad puede ser difícil debido a que los signos y síntomas iniciales (fiebre elevada, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga extrema) son comunes a muchas otras enfermedades.

Para ayudar en el diagnóstico, cuéntale al médico sobre tus antecedentes médicos y de viajes, y tu exposición a roedores y mosquitos. Incluye los países que visitaste y las fechas, así como también cualquier contacto con fuentes de infección que puedas haber tenido.

Los análisis de laboratorio, generalmente con muestras de sangre, son necesarios para confirmar el diagnóstico. Como las fiebres hemorrágicas virales son particularmente infecciosas y contagiosas, estas pruebas suelen realizarse en laboratorios designados especialmente y que utilizan precauciones estrictas.

Tratamiento

No hay cura para las fiebres hemorrágicas virales. Solo hay vacunas para unos pocos tipos. La mejor opción es la prevención. La atención médica es el pilar del tratamiento.

Medicamentos

Si bien no existen tratamientos específicos para la mayoría de las fiebres hemorrágicas virales, el medicamento antiviral ribavirina (Rebetol, Virazole) podría reducir el curso de algunas infecciones y, en algunos casos, prevenir complicaciones. Se están desarrollando otros medicamentos.

Terapia

La atención complementaria es esencial. Para prevenir la deshidratación, quizás necesites líquidos para ayudarte a mantener el equilibrio de los electrolitos (minerales esenciales para la función de los nervios y los músculos).

Procedimientos quirúrgicos y de otros tipos

Algunas personas pueden beneficiarse de la diálisis renal, que quita los desechos de la sangre si hay insuficiencia en los riñones.