Diagnóstico

Para saber si tienes bursitis de rodilla, tu profesional de atención médica te preguntará sobre tus antecedentes médicos y, luego, te hacen un examen físico. Es probable que tu profesional de atención médica haga lo siguiente:

  • Comparar el estado de ambas rodillas, en especial si solo se siente dolor en una de ellas.
  • Presionar suavemente las zonas de la rodilla para detectar calor, hinchazón y el origen del dolor.
  • Revisar la piel sobre la zona sensible en busca de un cambio de color u otros síntomas de infección.
  • Mover con cuidado las piernas y las rodillas para determinar la amplitud de movimiento de la rodilla afectada. Esto también se hace para averiguar si hay dolor al doblar o flexionar la rodilla.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Es posible que sea necesario realizar estudios por imágenes para averiguar si la causa de los síntomas no es la bursitis de rodilla. Tu profesional de atención médica podría solicitarte una o más de las siguientes pruebas:

  • Radiografías. Pueden ser útiles para detectar un problema óseo o artritis.
  • Resonancia magnética. La resonancia magnética usa ondas de radio y un poderoso campo magnético para producir imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo. Estas exploraciones pueden producir imágenes del tejido blando como las bursas.
  • Ecografía. Utiliza ondas sonoras para generar imágenes. La ecografía puede ayudar a tu profesional de atención médica a detectar la hinchazón de la bursa afectada.

Aspiración

En raras ocasiones, puede tomarse una muestra del líquido de la bursa para su análisis. Se coloca una aguja en la zona afectada para drenar parte del líquido. Este procedimiento se denomina aspiración. Puede realizarse si el profesional de atención médica cree que tienes una infección o gota en la bursa. La aspiración también puede utilizarse como tratamiento.

Tratamiento

La bursitis suele mejorar con el tiempo, por lo que el tratamiento suele ir encaminado a aliviar los síntomas. Pero es posible que tu profesional de atención médica te recomiende uno o varios tratamientos. Depende de la causa de la bursitis de rodilla y de la bursa infectada.

Medicamentos

Si la causa de la bursitis de rodilla es una infección bacteriana, el profesional de atención médica te recetará antibióticos. En raras ocasiones, se realiza una intervención quirúrgica para extirpar la bursa infectada si los medicamentos no ayudan.

Fisioterapia

Es posible que tu profesional de atención médica te remita a un fisioterapeuta o a un especialista en medicina del deporte. Estos profesionales pueden enseñarte ejercicios que ayuden a flexibilizar y fortalecer los músculos que rodean la rodilla y la pierna. Este tratamiento puede aliviar el dolor y reducir el riesgo de sufrir brotes repetidos de bursitis de rodilla. Las rodilleras protectoras pueden ayudar si tienes que arrodillarte y las rodilleras de compresión pueden ayudar a controlar la hinchazón.

Cirugía y otros procedimientos

Los tratamientos para la bursitis de rodilla que implican inyecciones o cirugía incluyen lo siguiente:

  • Inyección de medicamento corticoide. Si la bursitis no mejora con los tratamientos básicos, el profesional de atención médica puede recomendar inyecciones de corticoides. El medicamento se inyecta en la bursa afectada para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
  • Aspiración. Este procedimiento puede realizarse si los medicamentos y el autocuidado no ayudan lo suficiente. Puede ayudar a drenar el exceso de líquido en la bursa y a tratar la inflamación. El profesional de atención médica introduce una aguja en la bursa afectada y drena el líquido en la jeringa. La aspiración puede causar dolor leve a corto plazo. Después, es posible que tengas que usar una férula que impida que la rodilla se mueva durante un tiempo. Esto ayuda a que la bursa cicatrice y reduce la posibilidad de que se repita la hinchazón.
  • Cirugía. En raras ocasiones se realiza una intervención quirúrgica para extirpar una bursa afectada, pero puede recomendarse si otros tratamientos no ayudan o si persiste la infección. Tras la intervención, es posible que puedas retomar tus actividades habituales en unas semanas.

Estilo de vida y remedios caseros

Para aliviar el dolor y las molestias de la bursitis de rodilla:

  • Descansa la rodilla. Tómate un descanso de la actividad que te causó los síntomas. Procura no arrodillarte ni hacer movimientos que empeoren el dolor.
  • Toma analgésicos. Algunos medicamentos que se venden sin receta médica pueden ayudar a aliviar el dolor. Están pensados para un uso a corto plazo. Entre ellos están la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o el naproxeno sódico (Aleve).
  • Aplica hielo. Aplica compresas de hielo en la rodilla durante 20 minutos por vez. Hazlo varias veces al día hasta que desaparezcan el dolor y el calor en la rodilla.
  • Prueba con una venda de compresión suave. Usar una venda de compresión o una rodillera puede ayudar a aliviar la hinchazón.
  • Levanta la rodilla. Apoya la pierna afectada sobre almohadas. Esto ayuda a frenar la hinchazón de la rodilla.
  • Si es necesario, baja el exceso de peso. Esto puede aliviar la presión sobre la rodilla afectada.

Preparación para la consulta

Puedes empezar por acudir a tu profesional de atención primaria. A continuación, es posible que se te remita un médico que trata otras afecciones articulares o reumatólogo, o a un cirujano ortopédico.

La siguiente información te ayudará a preparar para la cita médica.

Qué puedes hacer

Prepara una lista de lo siguiente:

  • Los síntomas y cuándo comenzaron.
  • Información personal crucial, incluidas las actividades y ejercicios que realizas.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas y otros suplementos que tomes. Incluye la cantidad que tomas, es decir, la dosis.
  • Preguntas para hacerle a tu equipo de atención médica.

Si puedes, pídele a un familiar o amigo que te acompañe. Un ser querido puede ayudarte a recordar la información que recibas.

En el caso de bursitis de la rodilla, algunas preguntas para hacerle a tu profesional de atención médica son las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Qué pruebas necesitaré?
  • ¿Qué tratamiento recomienda?
  • ¿Será necesario que limite mis actividades?
  • ¿Hay algunas medidas de cuidado personal que pueda tomar?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas.

Qué esperar del médico

Es probable que el profesional de atención médica te haga preguntas, como las siguientes:

  • ¿Empezó rápida o lentamente el dolor?
  • ¿Qué tipo de actividades laborales o de otro tipo haces que podrían afectar las rodillas?
  • ¿Aparece o empeora el dolor al realizar ciertas actividades, como arrodillarte o subir escaleras?
  • ¿Te has caído recientemente, has tenido un accidente o te has dado un golpe en la rodilla?
  • ¿Qué tratamientos probaste en casa?
  • ¿Qué efecto tuvieron esos tratamientos?