Descripción general

La incontinencia fecal consiste en no poder controlar las deposiciones. Las heces salen del recto sin previo aviso. La incontinencia fecal varía desde un escape ocasional de heces al expulsar gases hasta la pérdida completa del control intestinal. A veces, se le llama incontinencia intestinal.

Entre las causas de la incontinencia fecal se incluyen diarrea, estreñimiento y daños musculares o en los nervios. El daño muscular o en los nervios puede estar asociado con el envejecimiento o con el parto.

Cualquiera sea la causa, la incontinencia fecal puede ser un tema difícil de tratar. Pero no dudes en hablar con el médico sobre este problema común. Los tratamientos pueden mejorar la incontinencia fecal y tu calidad de vida.

Síntomas

La incontinencia fecal puede ser temporal durante un episodio ocasional de diarrea. Sin embargo, para algunas personas, la incontinencia fecal sucede a menudo. Las personas que tienen esta afección a veces no pueden detener la necesidad urgente de defecar. Puede ser tan repentina que no da tiempo para llegar al baño. Esto se denomina incontinencia por urgencia.

Otro tipo de incontinencia fecal ocurre en personas que no son conscientes de que deben defecar (incontinencia pasiva).

La incontinencia fecal puede suceder junto a otros problemas intestinales, por ejemplo, los siguientes:

  • Diarrea.
  • Estreñimiento.
  • Gases e hinchazón.

Cuándo consultar al médico

Consulta al proveedor de atención médica si tú o tu hijo presentan incontinencia fecal. Esto es especialmente importante si sucede con frecuencia, es grave o causa sufrimiento emocional. Las personas suelen sentirse avergonzadas de informarle a un proveedor de atención médica sobre la incontinencia fecal. Sin embargo, cuanto antes te evalúen, más rápido podrás encontrar algo de alivio para tus síntomas.

Causas

Para muchas personas, existe más de una causa de incontinencia fecal.

Entre las causas se incluyen las siguientes:

  • Lesiones musculares. Las lesiones en los anillos del músculo que se encuentra al final del recto dificultan la contención de las heces. Estos anillos se conocen como esfínter anal. Este tipo de lesión puede ocurrir durante el trabajo de parto. Suele ocurrir por una episiotomía o por el uso de fórceps durante el parto.
  • Daño en los nervios. Una lesión de los nervios que perciben las heces en el recto o los que controlan el esfínter anal puede derivar en incontinencia fecal. Son muchos los factores que pueden dañar los nervios, entre ellos:
    • Trabajo de parto.
    • Esfuerzo constante al defecar.
    • Estreñimiento duradero.
    • Lesión de la médula espinal.
    • Accidente cerebrovascular.
    • Diabetes.
    • Esclerosis múltiple.
  • Estreñimiento. El estreñimiento crónico puede hacer que se forme una pelota de heces secas y duras en el recto y que estas no puedan pasar debido a su tamaño. Esto se conoce como retención fecal. Los músculos del recto y de los intestinos se estiran y, con el tiempo, se debilitan. Esto permite que las heces líquidas que se encuentran más arriba en el tracto digestivo pasen alrededor de las heces retenidas y se filtren. El estreñimiento prolongado también puede causar lesiones en los nervios que derivan en incontinencia fecal.
  • Diarrea. Es más fácil retener heces sólidas en el recto que retener heces sueltas, por lo que las heces sueltas de la diarrea pueden causar o empeorar la incontinencia fecal.
  • Hemorroides. Las hemorroides son venas hinchadas en el recto. Estas venas hinchadas no dejan que el ano se cierre por completo, lo que hace que las heces se filtren.
  • Pérdida de la capacidad de almacenamiento en el recto. Por lo general, el recto se estira para dejar espacio a las heces. Si el recto tiene cicatrices o está rígido, no se puede estirar lo suficiente y se puede filtrar el exceso de heces. Las cirugías, el tratamiento con radiación o la enfermedad inflamatoria intestinal pueden causar rigidez y cicatrices en el recto.
  • Cirugía. Las cirugías en el recto y el ano, como la extirpación de hemorroides, pueden causar lesiones musculares y nerviosas que deriven en incontinencia fecal.
  • Prolapso rectal. Esta afección, en la que el recto desciende hasta el ano, puede llevar a la aparición de incontinencia fecal. El estiramiento del esfínter rectal por el prolapso daña los nervios que controlan el esfínter rectal. Cuanto más tiempo dure el prolapso, menor será la posibilidad de que los nervios y los músculos se recuperen.
  • Rectocele. En el caso de las mujeres, puede haber incontinencia fecal si el recto sobresale a través de la vagina. Esta afección se conoce como rectocele.

Factores de riesgo

Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de presentar incontinencia fecal, entre ellos:

  • Edad. Aunque la incontinencia fecal puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en los adultos mayores de 65 años.
  • Sexo femenino. La incontinencia fecal puede ser una complicación del trabajo de parto. En investigaciones recientes, también se ha descubierto que las mujeres que reciben terapia de reemplazo hormonal menopáusica tienen un riesgo ligeramente mayor de tener incontinencia fecal.
  • Daño en los nervios. Las personas que padecen diabetes desde hace tiempo, que tienen esclerosis múltiple o que sufrieron traumatismos en la espalda por lesiones o cirugías pueden correr el riesgo de incontinencia fecal, ya que estas afecciones pueden dañar los nervios que ayudan a controlar la defecación.
  • Demencia. La incontinencia fecal suele presentarse con casos avanzados de enfermedad de Alzheimer y demencia.
  • Discapacidad física. El hecho de tener una discapacidad física puede hacer que sea difícil llegar al baño a tiempo. Una lesión que cause una discapacidad física también puede provocar daño al nervio rectal e incontinencia fecal.

Complicaciones

Las complicaciones de la incontinencia fecal pueden incluir las siguientes:

  • Sufrimiento emocional. Perder el control de las funciones corporales puede llevar a una sensación de inquietud cuando estás en lugares públicos. Las personas que tienen incontinencia fecal suelen intentar ocultar el problema o evitar las reuniones sociales.
  • Irritación de la piel. La piel que rodea el ano es delicada y sensible. El contacto reiterado con las heces puede derivar en dolor y picazón. Asimismo, puede causar llagas, también llamadas úlceras. Las úlceras suelen requerir tratamiento médico.

Prevención

Según la causa, puede ser posible mejorar o prevenir la incontinencia fecal. Estas medidas pueden ayudarte a:

  • Reducir el estreñimiento. Haz más ejercicio, come más alimentos ricos en fibra y bebe mucho líquido.
  • Controlar la diarrea. Tratar o eliminar la causa de la diarrea, como una infección intestinal, puede ayudarte a evitar la incontinencia fecal.
  • No hagas fuerza. Con el tiempo, hacer fuerza durante la deposición puede debilitar los músculos del esfínter anal o dañar los nervios.

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Incontinencia fecal - atención en Mayo Clinic

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