Si estás embarazada, estuviste embarazada en los últimos 42 días (recientemente embarazada) o estás amamantando, tal vez te preocupe la repercusión que pueda tener la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en ti y en tu bebé. Podrías también tener preguntas sobre la seguridad de las vacunas contra la COVID-19. Esto es lo que debes saber.

El riesgo general de la COVID-19 para las mujeres embarazadas es bajo. Sin embargo, las mujeres que están embarazadas o lo estuvieron hace poco corren un mayor riesgo de enfermar gravemente por la COVID-19. Un cuadro grave de la enfermedad indica que quizás sea necesario hospitalizarte, que recibas cuidados médicos intensivos o que te coloquen un respirador para ayudarte a respirar. Las mujeres embarazadas con COVID-19 también tienen más probabilidades de dar a luz antes de que empiece la semana 37 del embarazo (parto prematuro). Además, es posible que las mujeres embarazadas que tienen COVID-19 corran un mayor riesgo de sufrir problemas como muerte fetal intraútero y pérdida del embarazo.

Las mujeres de piel negra o hispanas y que están embarazadas tienen más probabilidad de verse afectadas por la infección por el virus de la COVID-19. Las mujeres embarazadas que tengan otras enfermedades, como la diabetes, también pueden tener un riesgo más alto de enfermar gravemente debido a la COVID-19.

Comunícate de inmediato con el profesional de la salud si tienes síntomas de la COVID-19 o si estuviste en contacto con alguna persona que tenía la enfermedad. Se recomienda que solicites que se te haga la prueba para detectar si tienes el virus que causa la COVID-19. Antes de ir a la cita, llama con anticipación para informar al equipo de atención médica sobre tus síntomas y la posible exposición.

Si tienes la COVID-19 y estás embarazada, el profesional de la salud podría recomendarte un tratamiento con un medicamento que afecta al virus de la COVID-19. Estos medicamentos hacen más lenta la capacidad del virus de multiplicarse y propagarse. El tratamiento con estos medicamentos puede consistir en una pastilla que se traga o un líquido que se administra mediante una aguja en el brazo (intravenoso) en un entorno ambulatorio.

Tomar mucho líquido y descansar también puede hacer parte del tratamiento. También puedes tomar medicamentos para reducir la fiebre, aliviar el dolor o disminuir la tos. Si presentas un cuadro fuerte de la enfermedad, tal vez debas recibir tratamiento en el hospital.

Habla con el equipo de atención médica sobre las precauciones que se tomarán para protegerte durante las citas o sobre si la atención médica prenatal virtual es una opción para ti. También pregunta si hay algún instrumento útil para tener en casa, como un tensiómetro o un oxímetro de pulso, que es un dispositivo para vigilar los niveles de oxígeno. Para aprovechar al máximo cualquier visita virtual, prepara una lista de preguntas con antelación y toma notas detalladas. Las clases en línea de preparación para el parto también pueden ser una opción.

Si durante el embarazo tienes algunas afecciones de alto riesgo, las consultas virtuales quizás no sean una opción. Pregunta al profesional de la salud cómo podría verse afectada la atención médica.

Si tienes buena salud cuando se aproxima el fin del embarazo, algunos aspectos de tu trabajo de parto y del parto en sí podrían proceder como se espera. Pero prepárate para ser flexible.

Si tienes programada una inducción al parto o una cesárea, tú y tu persona de apoyo quizás deban hacerse la prueba de detección para síntomas de la COVID-19 antes de tu llegada al hospital. Quizás te vuelvan a hacer la prueba de detección antes de entrar a la unidad de trabajo de parto y de parto. Si tienes síntomas del virus que causa la COVID-19, es probable que se reprograme la inducción o la cesárea.

Para proteger tu salud y la de tu bebé, algunos lugares quizás limiten el número de personas que puedes tener en la habitación durante el trabajo de parto y el parto. Las visitas después del parto también pueden verse afectadas. También es posible que, durante tu estadía en el hospital, se hagan pruebas diarias para detectar síntomas a ti y a tu persona de apoyo. Habla con el equipo de atención médica sobre cualquier restricción que podría aplicarse.

Si tienes la COVID-19 o esperas los resultados de las pruebas debido a los síntomas que tuviste durante tu estadía en el hospital después de dar a luz, usa una mascarilla con buen ajuste y ten limpias las manos cuando cuides a tu recién nacido. Mantente a una distancia razonable del bebé siempre que sea posible. Cuando se toman estas medidas, el riesgo de que un recién nacido se infecte con el virus de la COVID-19 es bajo.

Sin embargo, si estás gravemente enferma con COVID-19, tal vez sea necesario separarte temporalmente de tu recién nacido.

Se recomienda que el cuidado posparto después de dar a luz sea un proceso continuo. Habla con el profesional de la salud sobre opciones virtuales de visitas para controles después del parto y la necesidad de una visita al consultorio.

Durante este tiempo estresante, es posible que tengas más ansiedad por tu salud y la salud de tu familia. Presta atención a tu salud mental. Busca el apoyo de la familia y los amigos mientras tomas precauciones para reducir el riesgo de infección con el virus de la COVID-19.

Si poco después del parto tienes cambios significativos en el estado de ánimo, pierdes el apetito, sientes una fatiga abrumadora y nada te alegra la vida, tal vez tengas depresión posparto. Comunícate con el profesional de la salud si crees que podrías estar deprimida. Por ejemplo, si los síntomas no desaparecen por sí solos, si tienes problemas para cuidar de tu bebé o para completar las tareas diarias, o si piensas en hacerte daño o en dañar a tu bebé.

Según las investigaciones, es poco probable que la leche materna trasmita el virus de la COVID-19 a los bebés. La mayor preocupación es si una madre infectada puede trasmitir el virus al bebé a través de gotitas respiratorias durante la lactancia.

Si tienes COVID-19, toma medidas para evitar trasmitir el virus a tu bebé. Lávate las manos antes de dar el pecho y protégete el rostro con una mascarilla bien ajustada mientras amamantas y siempre que estés en estrecho contacto con tu bebé. Si te extraes leche materna, lávate las manos antes de tocar cualquier pieza de la bomba extractora o del biberón, y sigue las recomendaciones para limpiar correctamente la bomba extractora. Si es posible, pídele a alguien que esté sano que le dé la leche materna extraída al bebé.

Hay muchas medidas que tú y las personas que viven en tu casa pueden tomar para reducir el riesgo de infectarse con el virus de la COVID-19 y contagiarlo a otras personas.

  • Recibe la vacuna.
  • Evita el contacto cercano con cualquier persona que esté enferma o tenga síntomas.
  • Mantén una distancia entre tú y las demás personas cuando estés en espacios públicos cerrados si tus vacunas no están al día. Esto es especialmente importante si corres un mayor riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad.
  • Usa una mascarilla que se ajuste bien cuando estés en espacios públicos cerrados, especialmente si te encuentras en un área donde hay muchas personas hospitalizadas por la COVID-19. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan utilizar una mascarilla que brinde la mayor protección posible, que uses de forma habitual, que se ajuste bien y sea cómoda.
  • Lávate las manos a menudo con agua y jabón durante 20 segundos como mínimo o usa un desinfectante para manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.
  • Evita las aglomeraciones y los espacios cerrados con circulación de aire deficiente.
  • Cúbrete la boca y la nariz con el codo o un pañuelo desechable cuando tosas o estornudes. Desecha en la basura el pañuelo que usaste. Lávate las manos de inmediato.
  • Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca.
  • Limpia y desinfecta regularmente las superficies que se tocan con frecuencia, como las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los dispositivos electrónicos y las encimeras.
  • Aíslate en tu casa y no vayas al trabajo, tampoco vayas a clase ni a lugares públicos si estás enfermo, a no ser que salgas para recibir atención médica. Evita el trasporte público, los taxis y los viajes compartidos si estás enfermo.

Sobre todo, concéntrate en cuidar de ti y de tu bebé. Consulta a tu equipo de atención médica si tienes alguna duda. Si tienes problemas para controlar el estrés o la ansiedad, habla con tu profesional de atención médica o con un asesor de salud mental sobre estrategias de afrontamiento.

April 05, 2024