Diagnóstico

El tórax excavado suele diagnosticarse simplemente examinando el pecho. Es posible que el médico sugiera varios tipos diferentes de pruebas para detectar problemas asociados con el corazón y los pulmones. Es posible que entre estas pruebas se incluyan las siguientes:

  • Radiografía de tórax. Esta prueba puede mostrar la depresión en el esternón y, a menudo, muestra el corazón desplazado hacia el lado izquierdo del pecho. Las radiografías son indoloras y solo tardan unos pocos minutos.
  • Tomografía computarizada o resonancia magnética. Estas pruebas se pueden usar para ayudar a determinar la gravedad del tórax excavado y si se están comprimiendo el corazón o los pulmones. Las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas toman muchas imágenes desde varios ángulos para producir imágenes transversales de la estructura interna del cuerpo.
  • Electrocardiograma. Un electrocardiograma puede mostrar si el ritmo del corazón es normal o irregular, y si las señales eléctricas que controlan los latidos cardíacos se producen a tiempo. Esta prueba es indolora y consiste en la colocación de más de una docena de cables eléctricos, que se adhieren al cuerpo con un adhesivo.
  • Ecocardiograma. Un ecocardiograma es una ecografía del corazón. Puede mostrar imágenes en tiempo real del funcionamiento del corazón y de sus válvulas. Estas imágenes se producen mediante la trasmisión de ondas sonoras a través de una varilla presionada contra el pecho. Un ecocardiograma también le permite al médico ver cómo la pared torácica puede afectar la función cardíaca y el flujo de sangre a través del corazón.
  • Estudio de la función pulmonar. Estos tipos de pruebas miden la cantidad de aire que pueden retener los pulmones y con qué rapidez puedes vaciarlos.
  • Estudio de la función con ejercicios. Esta prueba controla el funcionamiento del corazón y de los pulmones mientras haces ejercicio, por lo general, en una bicicleta o cinta de correr.

Tratamiento

El tórax excavado puede repararse con cirugía, pero se suele reservar para personas con signos y síntomas moderados a graves. Es posible que a las personas con signos y síntomas leves les resulte útil la fisioterapia. Ciertos ejercicios pueden mejorar la postura y aumentar el grado de expansión del pecho.

Si la depresión del esternón no está causando ningún síntoma, pero igualmente no estás conforme con su aspecto, podrías hablar con un cirujano para que te coloque un inserto de silicona (similar a un implante mamario) debajo de la piel para rellenar ese espacio.

Cirugía de reparación

Los dos procedimientos quirúrgicos más comunes para reparar el tórax excavado se conocen por los nombres de los cirujanos que los desarrollaron:

  • Procedimiento de Nuss. En este procedimiento mínimamente invasivo, se hacen pequeñas incisiones a cada lado del pecho. Luego, se insertan instrumentos de mango largo y una cámara de fibra óptica angosta a través de las incisiones. Se pasa una barra metálica curva por debajo del esternón caído para elevarlo hasta una posición más normal. En algunos casos, se puede usar más de una barra. Las barras se quitan después de dos o tres años.
  • Técnica de Ravitch. Este antiguo procedimiento implica una incisión mucho más grande en el centro del pecho. El cirujano retira el cartílago deformado que une las costillas a la parte inferior del esternón y luego fija el esternón en una posición más normal con un equipo quirúrgico, como un puntal de metal o soportes de malla. Estos soportes se retiran luego de 12 meses.

La mayoría de las personas que se someten a la cirugía para corregir el tórax excavado están satisfechas con el cambio de la apariencia del pecho, independientemente del procedimiento utilizado. Aunque la mayoría de las cirugías de tórax excavado se realizan durante el crecimiento acelerado en la pubertad, muchos adultos también se han beneficiado con la reparación.

Existen muchas opciones para controlar el dolor después de la cirugía y contribuir a la recuperación. La crioablación congela temporalmente los nervios para bloquear el dolor posterior a la cirugía y puede contribuir a la recuperación y a disminuir el dolor postoperatorio durante 4 a 6 semanas.

Posibles tratamientos futuros

Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de ventosas para ayudar a elevar el esternón hundido en pacientes jóvenes que tienen el tórax en embudo. Se utilizan durante 20 a 30 minutos al día y son un posible tratamiento para prevenir el empeoramiento del tórax en embudo en los niños a medida que crecen.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

La mayoría de los adolescentes solo desean ser aceptados y parecerse a sus pares. Esto puede ser muy difícil para los jóvenes que tienen tórax en embudo. En algunos casos, puede ser necesario el asesoramiento psicológico para ayudar a dominar la capacidad de enfrentar desafíos o situaciones. También están disponibles grupos y foros de apoyo por Internet, donde puedes hablar con personas que están enfrentando los mismos tipos de problemas.

Preparación para la consulta

Si tú o tu hijo tienen tórax excavado, te recomendamos que primero hables sobre la afección con tu médico de cabecera. Puede remitirte a un médico que se especialice en cirugía pediátrica o torácica.

Qué puedes hacer

Te recomendamos que hagas una lista que incluya lo siguiente:

  • Descripciones detalladas de tus signos y síntomas
  • Información sobre problemas de salud anteriores
  • Información sobre problemas de salud frecuentes en tu familia
  • Todos los medicamentos y suplementos alimentarios que toman tú o tu hijo
  • Preguntas que quieras hacerle al médico, incluyendo qué tratamientos están disponibles

Qué esperar del médico

El médico podría hacerte algunas de las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo comenzaron estos signos y síntomas?
  • ¿Han empeorado últimamente?
  • ¿Tienes algún familiar que haya tenido un problema similar?