Terapia de resincronización cardíaca
La terapia de resincronización cardíaca es un procedimiento para implantar un dispositivo en el pecho para hacer que las cavidades cardíacas se contraigan de una manera más organizada y eficiente.
La terapia de resincronización cardíaca usa un dispositivo llamado marcapasos biventricular (también llamado dispositivo de resincronización cardíaca) que envía señales eléctricas a las dos cavidades inferiores del corazón (ventrículos derecho e izquierdo). Las señales hacen que los ventrículos se contraigan de una manera más coordinada, lo que mejora el bombeo de sangre fuera del corazón.
A veces, el dispositivo también contiene un desfibrilador cardioversor implantable, que puede administrar una descarga eléctrica para restablecer los latidos cardíacos si el ritmo cardíaco se vuelve peligrosamente irregular.
Por qué se realiza
La terapia de resincronización cardíaca es un tratamiento para la insuficiencia cardíaca destinado a personas cuyas cavidades inferiores del corazón (ventrículos) no se contraen de manera coordinada. Se suele usar para tratar la insuficiencia cardíaca y una afección llamada bloqueo de rama izquierda, o en personas que necesitan un dispositivo de estimulación cardíaca debido a que presentan una frecuencia cardíaca baja.
Si tienes insuficiencia cardíaca, el músculo cardíaco se debilita y es posible que no pueda bombear suficiente sangre para llevar a cabo las funciones corporales. Esto puede empeorar si las cavidades del corazón no están sincronizadas entre sí.
La terapia de resincronización cardíaca puede reducir los síntomas de la insuficiencia cardíaca y el riesgo de sufrir complicaciones relacionadas a dicha insuficiencia, incluida la muerte.
Riesgos
Todos los procedimientos médicos conllevan algún tipo de riesgo. Los riesgos específicos de la terapia de resincronización cardíaca dependen del tipo de implante y de tu salud en general.
Entre las complicaciones relacionadas con la terapia de resincronización cardíaca y el procedimiento de implantación, se encuentran las siguientes:
- Infección.
- Sangrado.
- Colapso pulmonar (neumotórax).
- Compresión del corazón debido a la acumulación de líquido en el saco que rodea el corazón (taponamiento cardíaco).
- Fallo del dispositivo.
- Cambio de piezas del dispositivo, lo que podría requerir otro procedimiento.
Lo que puedes esperar
La terapia de resincronización cardíaca requiere un procedimiento quirúrgico menor para implantar un dispositivo en el pecho.
Es probable que estés despierto durante el procedimiento, pero puede ser que te den un medicamento que te ayudará a relajarte. La zona donde se implanta el marcapasos estará adormecida. Por lo general, el procedimiento dura unas horas.
Durante la cirugía, se insertan cables aislados (derivaciones, también llamados electrodos) en una vena principal debajo o cerca de la clavícula y se los lleva hacia el corazón guiándose con imágenes por rayos X. Se fija un extremo de cada cable a la posición apropiada en el corazón. El otro extremo se conecta al generador de pulso, que suele implantarse debajo de la piel y de la clavícula.
Entre los dispositivos de terapia de resincronización cardíaca se pueden mencionar:
- Terapia de resincronización cardíaca con marcapasos. Este dispositivo utilizado para la terapia de resincronización cardíaca posee tres cables que conectan el marcapasos a la cavidad superior derecha del corazón (aurícula derecha) y a ambas cavidades inferiores (ventrículos).
- Terapia de resincronización cardíaca con marcapasos y desfibrilador cardioversor implantable. Este dispositivo es recomendable para las personas que tienen insuficiencia cardíaca y además corren el riesgo de sufrir muerte cardíaca súbita. Puede detectar si el ritmo cardíaco es peligroso y aplicar una descarga más fuerte de energía que la que puede dar el marcapasos. Esta descarga puede reiniciar los latidos cardíacos.
Después de la terapia de resincronización cardíaca, en general, el paciente permanece en el hospital hasta el día siguiente. El proveedor de atención médica pondrá a prueba el dispositivo para estar seguro de que esté correctamente programado antes de que te vayas del hospital. La mayoría de las personas puede volver a sus actividades normales en unos días, aunque por un tiempo es posible que no pueda conducir ni levantar pesos.